domingo, 24 de marzo de 2013

Los objetivos periodistas


Algunas conclusiones de mi tesis de grado (tesis degrado)


Un recurso narrativo que ayuda a mantener las relaciones de poder y que parece invisible, dado que está validado socialmente. Esto es el discurso de “objetividad”. Ese que nos habla del relato de hechos que efectivamente ocurrieron. La descripción de éstos, explicados como “cosas” que son tan tangibles como los hechos concretos, como “objetos”. Sucesos efectivos y comprobables. Esta idea es heredera de la influencia que hasta el día de hoy el positivismo dejó en las ciencias sociales, y que encuentra un vivo ejemplo de su “ideal cientificista” en el periodismo, el cual en su vertiente informativa, en el género informativo toma esta objetividad para validarse. Recordemos que el género de opinión en el periodismo es más antiguo que el informativo. 

La razón, es que el segundo responde a un tiempo histórico donde el proceso ilustrado estaba en pleno auge, mientras que el primero cuando aún no se asimilaba por la población. Mientras que antes de la revolución francesa y la aparición de la prensa del proyecto modernista, la subjetividad estaba presente en mayor medida en la divulgación de contenidos. Esto dado que el racionalismo no había triunfado como paradigma, y la ética seguía influyendo en los incipientes medios de comunicación de ese tiempo. Por ello es que recién con el paradigma positivista a mediados del siglo XX, en Europa que surge el género informativo, que se despoja del juicio de valor para divulgar hechos. Los que desde ese cambio de paradigma se vuelven más objetivos, cosa que se mantiene históricamente como ideal del proyecto moderno.

¿Cómo se manifiesta? Pues a través de las construcciones discursivas que procuran mantener un grado de “neutralidad” sobre el hecho que se narra, al menos en un primer enfrentamiento con los textos periodísticos. En otras palabras, el periodismo informativo apela a la “objetividad” para fundar su credibilidad antes las audiencias. Existe una convención social que condena el exceso de subjetividad en la divulgación de informaciones, lo que convierte al texto en una construcción más cercana a lo “irracional”,  por lo cual los medios de comunicación enfocados a la información, como en este caso lo son El Mercurio y La República, apelan a esta objetividad para validar ante la opinión pública los hechos que divulgan.

Este discurso “objetivo”, heredero de una forma de pensamiento racionalista, ilustrado, moderno y por lo tanto burgués, trasciende el tiempo se mantiene hasta el día de hoy. Así pudimos  ver en esta investigación, en donde las subjetividades propias de los medios de comunicación –definidas como línea editorial- quedan de manifiesto sólo al hacer segundas lecturas, mas a primera vista están ocultas con una máscara de objetividad, que les garantiza credibilidad y seriedad en el sistema de ideas racionalista que se mantiene vigente. Se esconden subjetividades en las fórmulas que detallamos en las matrices de análisis.

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