El Marutti temblaba como si estuviera metido en una licuadora. El Rafa le había sacado 120 por hora y el pequeño Suzuki año 95 se había transformado en un bólido mortífero que fácilmente se hubiera volcado con un pelotazo de un pendenjo desde la orilla de la carretera.
Íbamos cagados de la risa por la carretera poniendo música del celu pa darle emoción a la weá. Misirlou de Dick Dale sonaba chicharriento en mi rancio nokkia. “Pulp fiction pal respeto”, como diría un amigo mío. Eran las cinco de la tarde y estábamos llegando a la truculenta comuna minera de Tierra Amarilla.
Inadvertido a nivel nacional, este pueblo es conocido en la tercera región por ser chico y cochino (cochino por lo turbio, sucio y pervertido).
Las mineras transnacionales dan trabajo a cambio de que la autoridad los deje llenar de metales pesados el aire y no les pongan dramas para chupar toda el agua del río en sus faenas, secando el ahora estéril valle de Copiapó.
Sede de siniestros plutócratas antisindicales como Jonás Gómez Gallo, quien es descendiente de Pedro León Gallo y amigo del historiador Sergio Villalobos.
En las historias que se escuchan en las concurridas shoperías locales, abundan los muertos bajo las piedras de un derrumbe, los mutilados que salen arrastrándose de piques mineros con una pierna que va dejando una estela de sangre y carne quemada por culpa de una tronadura* mal detonada. Historias de grandes robos de concentrado de cobre y juergas letales de un mes, llenas de cerveza Cristal y prostitutas. Estas historias son comunes en este pueblo sediento de mineral y dinero.
Pero no todo es minería en Tierra Amarilla. La uva, esa fruta deliciosa que llenó de sabor las bacanales y orgías romanas de antaño, en esta localidad atacameña se cultiva a escala industrial para ser exportadas a Europa.
La producción de uva le da pega a miles de temporeros que llegan a latifundios y packings como el de la familia Prohens. Familia noble y destacada, que con el trabajo de miles de trabajadores pobres puede solventar a dos de los baluartes del motociclismo cross country chileno en el Dakar, los conocidos hermanos Prohens, quienes escoltan al chaleco López desde hace un par de veranos en la más importante y petrolera competencia del deporte tuerca a nivel mundial.
¡Y aquí estábamos nada menos! En Tierra Amarilla, prestos a cubrir una noticia para el canal regional Holvoet TV.
El Rafa, el antofagastino camarógrafo que me acompañaba ese día, no paraba de repetir que Tierra Amarilla era un pueblo chico y feo, que no debería ser tan pobre si se producía tanto oro, cobre y plata. Mientras refunfuñaba esto, nunca pensó en sacar la pata del fondo de ese tembloroso acelerador.
Se acabó la carretera, bajamos la velocidad para entrar en la calle principal (por cierto la única avenida de la comuna), teníamos que llegar a la intersección de la av. Ignacio Carrera Pinto con el camino de la minera Punta del cobre. Allí estaba la noticia. Nada menos que un weón que no halló nada mejor que terminar con su vida y la de su ex pareja detonando un cartucho de dinamita en la casa de un amigo ambos.
*tronadura: explosión de dinamita en una faena minera. Se utiliza para moler destruir y avanzar en las excavaciones.
El Reporteo de la muerte
Fue fácil reconocer el lugar de los hechos. Había alrededor 2oo mirones y mironas, reunidos en torno a una casa amarilla que aún no se terminaba de construir. Apostados afuera estaban: toda la prensa de Copiapó, un carro de bomberos, dos zapatillas de los pacos, el típico jeep PDI, un furgón del servicio médico legal y lo más importante, la adolorida familia de los involucrados a la entrada del muro-fachada.
Estacionamos el Marutti y nos fuimos a meter a la multitud, a recopilar datos y sacar testimonios en cámara. La primera en hablar fue la vecina.
“Acá siempre se la pasaban armando fiestas y haciendo escándalo, pero nunca nos imaginamos que iban a hacer una cosa como esta…se sintió como un temblor fuerte, mire como dejaron la casa…”.
El Rafa entró a la casa de la vecina, para subirse a la pandereta y sacar los monos* de la casa detonada.
Con la explosión se había roto el techo, se voló parte de una pared de la cocina y estaba todo el patio lleno de escombros.
En el antejardín de la casa, estaban la PDI y la familia a un costado del furgón del Servicio médico legal, que estaba estacionado como las pelotas. Cruzado en la vereda e impidiendo el paso de la gente.
Me acerqué a los periodistas a ver qué datos me podían regalar…así en la buena onda. Periodísticamente me contaron que Raúl Labarca había llegado premonido de un cartucho de dinamita a eso de las 4 de la tarde a la casa de su amigo, decido a acabar con la vida de su ex pareja Marta Villagrán, quien a esa hora se encontraba en el lugar al parecer alojando después de una noche de juerga.
Caminé hasta la puerta de la casa del incidente. Hablé con una vecina a quien por mucho que le insistí no le pude sacar su nombre. Mucho menos logré convencerla de hablar en cámara, según me explicó no quiso hablar porque era pariente del dueño de la casa donde se cometió el hecho y no quería que la relacionaran con nada. En otras palabras la señora quería ser una vieja low profile too el rato.
Ella me contó que la pareja tenía dos hijos en común y me apuntó a la señora Viviana, quien vestía una polera rosada. Ella era la tía del dueño de casa y fue la primera paramédico en llegar al lugar.
-Señora Viviana, disculpe, ¿usted me podría contar más o menos qué pasó, qué vio usted cuando entró a la casa?-le dije.
-Mira, llegué corriendo apenas me llamó mi sobrino. Entré y el joven ya estaba muerto. La niña estaba consciente todavía, le pregunté su nombre y me respondió que se llamaba Marta. Estaba llorando por el dolor. Tenía su carita quemada, y la explosión le sacó los bracitos. A la pobrecita se la tuvieron que llevar de urgencia al hospital sedada, imagínese el dolor pa grande.
*Non fiction quiere decir que este relato es real, todo lo que está acá ocurrió realmente.
*En la muchas veces troglodita jerga televisa, se le dice monos a las grabaciones de imágenes.
Revelaciones de un Norte Violento
Volví donde la vecina anónima, que me daba datos no con el afán de figurar, sino que sólo por ser una vieja copuchenta.
Me contó que efectivamente la casa sin ser prostíbulo ilegal, shopería clandestina ni nada, era un lugar de encuentro constantepara los carretes del dueño de la misma, y siempre llegaba gente muy alocada. Me contaba esto mientras yo miraba la escena de los familiares del difunto, imagen que no dejaba de incomodarme.
Mi camarógrafo estaba en otro punto de la escena capturando imágenes del padre del pirquinero Labarca, un caballero de 70 años aprox, que estaba vestido de negro y con gorro de ranchero. Él y su familia vestían riguroso luto. Me pareció muy extraña la rapidez con que se enteraron de la noticia y acordaron un luto simultáneo. Más tarde, rastreando datos me enteré que la familia venía del velorio de la tía paterna de Labarca. O sea que salieron de un velorio para llegar a un suicidio.
La situación era incómoda, ya no quería estar en la escena del crimen porque era bien re penca el ambiente. Sin embargo tenía que esperar a que el fiscal de turno saliera de la casa para entregar los datos oficiales de lo ocurrido y tener esa cuña para poder hacer la nota redondita.
Eran las 6 de la tarde y toda la prensa se había ido, sólo quedaba TVN y su competencia flaite, o sea nosotros.
“Labarca está muerto… Efectivamente eran pareja, pero estaban separados afectivamente al momento del incidente…Instruí a la brigada del crimen para que haga la investigación correspondiente… La mujer identificada como Marta Villagrán está internada de urgencia en el hospital regional…”
Nada nuevo, la típica cuña de fiscal. El Fiscal Álvaro Córdova, que por cierto era muy buena onda fuera de cámara. No dejaba de sonreír y tirar buenas tallas a la prensa y los PDI, mientras a sus espaldas, la familia no paraba de llorar y efectivos de investigaciones subían cabizbajo y esposado al dueño de casa en un jeep de la policía civil.
Luego, nos fuimos al hospital a toda velocidad para saber cómo iba la situación de salud de la mujer. De Marta, la desdichada víctima que finalmente resultó con quemaduras en todo el cuerpo, las extremidades superiores amputadas y el tórax abierto, siendo sometida a una delicada, pero exitosa cirugía múltiple en el hospital regional San José del Carmen.
Fuentes cercanas a la mujer me revelaron que su hija menor estaba de cumpleaños ese fin de semana. Situación horriblemente triste para una niña pequeña, ver a sus padres involucrados en un hecho de violencia como ese. Por suerte, los niños no tienen memoria estable antes de los cuatro años.
Fuentes que tenían relación con la joven, me revelaron que Marta era una coquimbana que huyó de su casa hace tiempo y que tenía otros cuatro hijos con otra pareja, además de problemas con drogas.
Cuando volvíamos al canal el Rafa me dijo: “El desierto debe ser el culpable de que la gente se cague tanto la mente”. Reflexión muy cierta, tan cierta como el hecho de que estábamos volviendo atrasados al canal, y eso obligaba a meterle la chala a fondo al Marutti otra vez.
FIN
Prólogo:
Pese a las graves quemaduras y la abundante sangre que perdió tras el ataque del que fue víctima, Marta Villagrán logró sobrevivir gracias a la oportuna y efectiva atención médica de urgencia.
El Sernam llegó a robar cámara al día siguiente en los medios de comunicación hablando en contra de la violencia contra la mujer, como siempre reaccionando y no previniendo.
El Marutti está actualmente en pana y se encuentra en reparaciones en un taller mecánico grasiento y lleno de bombitas 4 en Copiapó.
Holvoet TV sigue siendo la competencia flaite, pero empeñosa de TVN Red Atacama.
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