Tomó a su amigo por la cabeza amasándole la nuca con sus dedos, le acercó su boca a la de ella y le dio un calugaso. Ella besaba rico, vaya que sí. Cerraron los ojos para sentir esa rara electricidad de los labios. Él le agarraba las nalgas y hacía que se les juntaran las caderas. Ahora ella estaba sintiendo el pene endurecido de él y empezaba a respirar agitada.
Sonaba en los parlantes dela disco un tema de depeche y había humo de tabaco y esas maquinas de niebla. Al lado de ellos una pareja de hombres hacía lo mismo, un rubio con mohicana y otro de pelo negro y bigotes. Ella levantaba la pierna y él le metía la mano izquierda atrás de la rodilla mientras con la derecha no dejaba de sobar la humedecida entrepierna desde atrás a su amiga.
Se mordían los labios con fuerza. Ella era una depredadora que sabía saciarse con la cantidad justa de carne. Él estaba vuelto loco y el corazón le hacía zumbar los oídos ya frenéticos por el ruido de Policy of true. El copete, la música y las tetas duras de su amiga lo tenían en la euforia. Ella le metió la mano en el pantalón y se olvidaron de la gente alrededor. Tenían mucho vodka metido en la sangre caliente.
Ella lo empezó a masturbar sutilmente y él le agarró la polera negra a su compañera a lo bruto. Apretó y apretó la tela hasta que se la arrancó. Su amiga que quedó en sostenes y aprovechando le desabrochó la correa a su compañero que no tardó ni diez segundos en sacarse las zapatillas y los pantalones.
La pareja gay de al lado se les sumó. El tipo rubio con mohicana le sacó la polera al amigo con un movimiento de brazos, mientras el otro tipo -el con bigote- metió la mano directamente en la vagina húmeda de la amiga y empezó a mover los dedos en un movimiento circular, al tiempo que le arrancaba el broche del sostén con los dientes.
El humo tapaba la pista y en dos pantallas grandes y un proyector del porte de una pared se veía la mina pálida de Do the evolution. Las convers de ella salieron volando de dos patadas cuando se las desató una alemana que estaba mirándolos de hace rato junto con un tipo que de barba, que embalado a mitad del tema de pearl jam se había sacado la polera y ahora se sumaba al centro caliente de la pista de baile.
La euforia se hacía de su amigo cuando el rubio con mohicana empezaba a hacerle un oral. Las pantaletas de ella estaban el piso de la disco en la charca de cerveza que dejó la alemana cuando se sacó la blusa y botó su cerveza al suelo para lanzarse con sus pezones rosados erectos y lamerla.
Ya había pasado mucho rato desde que era una cosa entre dos. Ahora ella estaba en el medio de un grupo de hombres y mujeres que la lamían al tiempo que se terminaban de desnudar ensombrecidos por la niebla del cigarro y la máquina de humo.
Su amigo, en tanto seguía extasiado por una felación que nunca había vivido. Desnudo y en medio de la pista tres personas le tocaban el cuerpo al tiempo que el rubio seguía su succión. Abrió los ojos apenas, y vio que eran dos minas y un tipo flaco, entonces empezó a acariciarlos también, se sentía una especie de mesías placentero.
Sonaba In Bloom de Nirvana y la gente con sus brazos extendido mantenía en el aire a la amiga que con sus brazos abiertos, desnuda y la mirada perdida en las luces del techo se dejaba llevar por esa pequeña nata de manos y brazos que la manoseaba.
Su amigo en cambio seguía en tierra siendo besado por la gente. La alemana le empezó a morder los pezones, él le agarró la chasca rubia con fuerza para llevarle los labios a la boca y empezarla a besar con más fuerza cuando alrededor ya no había nadie vestido sin besarse, tocarse o masturbarse a sí mismo u otro.
Entre el humo de la disco y las luces apareció caminando de vuelta su amiga desnuda, borracha de éxtasis. Él soltó a la alemana y acercó a la amiga. Ella saltó le encima y se entrecruzó de piernas. Él la penetró. Ella le mordía el cuello y empezó a enterrarle las uñas en la espalda hasta que le dolió y pegó un grito para soltarla. Unos hombres lo tomaron de los brazos y los separaron. Vio como la alemana se tiró encima de su amiga y empezó a morderle la cara. A él lo tomó un grupo de minas delgadas, casi adolescentes, que le empezaron a apretar todo el cuerpo con sus uñas largas. Una de ellas le cortó los testículos con un mordisco y el pelo se lo sacaban a montones. A su amiga también la invadían. Vio cómo la alemana le sacaba un ojo con los dedos y se lo tragaba engulléndolo, extasiada.
*La pintura es de un artista chileno que llamado Toto Lara
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