EKEL PRIMERA PARTE:
Malina:
Cada cierto tiempo me desdoblo para entrar en los sueños de Ekel. La mayoría de las ocasiones me corporizo en sus sueños simplemente como yo, aunque a veces prefiero llegar con otras formas; como prostitutas de cabarets de mala muerte, soldados ebrios busca pleitos, como los que en más de una ocasión han dejado inconciente a Ekel en alguna asquerosa taberna de Baus Eternel, o en las mil y una formas que son capaces de atormentar a este infame Bufón.
Eso sí, lo que más me encanta en estas veladas de interferencia onírica, es destruir su hombría. Lo hago de una manera que al principio parece irresistible: aparezco desnuda y bañada en amareto, su licor favorito, con mis piernas sensualmente cubiertas por medias rojas, con mis labios pintados color vino y mis pezones erectos color carmesí, expeliendo aroma a anís por todos y cada uno de mis poros. Una vez que lo abstraigo en mí cuerpo candente y sudoroso, cuando él me huele y acaricia con fuerza, mientras gimo y gimo hasta hacer que sus tímpanos exploten de placer con la vibración de mi garganta, en el momento justo en que mi vagina está ad portas de verse penetrada, hago que broten del piso raíces, raíces gruesas y fuertes que comienzan a aparecer por debajo de la cama. Me fascina también, que de las paredes de las obscuras habitaciones en que se desarrolla nuestra lujuria, broten arañas negras, de esas que han estado a punto de matar a Ekel en tres ocasiones en la vida real y se han vuelto su mal karma. Mientras la sorpresa somete su mente, que a esas alturas es completamente animalezca, lo amarro a la cama con las raíces que ya saturan la habitación, y mientras él grita, mi sensual cuerpo, exacerbado en su volumen y facciones por la ocasión, se transforma lentamente en un maldito cura católico vestido de Blanco. Una vez convertida en un asqueroso anciano, con mis manos arrugadas y mi envejecido cuerpo de aspecto cansado, le quito los pantalones lentamente y el coito más horrendo que puede imaginar cualquier heterosexual misógino y sexópata, como lo es este asqueroso arlequín pálido, ocurre a la luz de unas cuantas velas que caen sobre las raíces, encendiendo un abrazador fuego que acaba con ambos.
1 comentario:
Para explicar un poco el Contexto de todo esto, Hay un comix que hice en algun momento y del que mis amigos quizás se recuerdan llamado Ekel, ahora este comix del bufón oscuro y desgraciado que es un Conshesumare que deambula por Baus Eternel y Baus mortis bebiendo en este ambiente tétrico y decadente transmutó a estos escritos. Eso era. ShAO
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