viernes, 28 de agosto de 2009

Relexión de cabeza en el columpio


A veces siento que me retraso varios años en mi edad, creo que tengo por lo menos 10 años menos y me dan ganas de ir a jugar a la pelota con mis compañeros de curso; de andar dibujando todo el día; de jugar a la pillá con mi prima y mi hermana; de jugar a las bolitas y perder como siempre lo hacía; de ver cómo jugaban al trompo otros, porque yo nunca aprendí; de inventar toda clase de juegos medios teatrales donde se hundían un barcos o terminábamos peleando porque se acaba el mundo tras una invasión alienígena catastrófica o porque simplemente Freezer o Pícoro dejaban la mea cagá en la escuela; juegos en los que extrañamente todos mis compañeros participaban, y en donde, por ejemplo, cuando hicimos una compañía de detectives en cuarto básico llegamos a dibujar 30 carnés de identificación de los integrantes de nuestra compañía, cuya única misión fue siempre averiguar quienes eran los grafiteros que rayaban los baños, pero como no resultó a la semana convertimos la compañía en una especie de club de la pelea, como lo hacen todos los cabros chicos que terminan convirtiendo todo en peleas o partidos de fútbol del metegol, en los que de todas formas terminaban todos agarrandose a mangasos, y nadie se preocupaba de cuidar la pelota puesto que era una botella plástica o un envase de Yogu yogu inflado.

Pero estoy acá en sitio de la línea tiempo espacio de mi vida, enclaustrado en los diez y nueve años, donde ya no puedo jugar de manera tan masiva, pero por suerte conozco un montón de personas que gustan de jugar aún, y eso es entretenido, no se creen viejos de mierda y disfrutan de jugar a que somos exploradores dentro de un computador y audaces periodistas dentro de una avión (avión LAN por supuesto, grande ¡Piñera!, Piñera culiao).

1 comentario:

Diaboletta dijo...

puta, te acompañaria a jugar pacos y ladrones pero lamentablemente no puedo correr mucho, mis pulmones de fumadora asmática me lo prohiben XD