സിഇന്‍ pepas

SIN PEPAS

Compré una sandía, cuando terminé de comerla noté que no tenía pepas. Entonces desperté. Decidí comprarme una sandía y comerme todas las pepas, fui a la feria y sólo vendían sandías sin pepas. Desperté otra vez, ya no quería sandías ahora quería un melón. Fui al mercado de frutas y no había ningún melón, sólo sandías, pregunté si acaso no tenían sandías con pepas y una señora gorda de pelo blanco me dijo que hablara con el encargado de las pepas.

-¿Encargado de las pepas? Nunca había oído algo así.

-Es que es un cargo nuevo impuesto por la Seremi de salud.

-¿De qué diablos habla?

-¡Ah no se haga el weón!

-¿Y donde lo puedo hallar?

-En su oficina. Está ahí detrás del puesto de melones.

-¡Melones! ¡Quiero melones!

-Usted está loco. Quiere melones. ¡AJJAJajA!

-¿Loco yo? Pero si me acaba de decir que no hay melones y ahora me sale con que hay un puesto de melones.

-Pero no dije que vendieran melones. Más sabe el diablo por católico que por laico.

Caminé hacia el puesto de melones que decía: “MELONES SIN VINO”.

-Hola

-¿Hola buen hombre en qué os puedo ayudar?

-Busco al encargado de pepas.

-Lo acaban de asesinar, fueron dos mormones, yo lo vi todo. ¿Es usted periodista? Le tengo la primicia, es el primero en llegar.

-No, soy gásfiter. Aunque una vez trabajé en una radio comunitaria cuando chico.

-Bueno, creo que entonces le interesará lo que le ocurrió a Germán, es un asunto bastante gasfitero-Sonrió-. Los mormones lo mataron con unas cañerías que introdujeron por todo su cuerpo.

-Qué horrible.

-Hicieron vacío en su ano y se le salieron los intestinos.

-Que asqueroso, ¿Por qué me cuenta eso?

-Porque a nadie le afectó tanto como a Germán, pobre hombre de él, si tan solo cuidaba las pepas, no se merecía ese asesinato.

-Pero… ¿por qué los mormones? ¿Y de qué cuidaba las pepas?

-¡Ah no se haga el weón!

-¿Y por qué las buscan los mormones?

-pregúnteselo a él, hace rato que está ahí.-Apuntó a un rubio de camisa blanca pantalones negros, con un bolso a modo de banano y un libro de apuntes en su mano izquierda que tenía una foto de José Smith. Me miró con su rostro blanquecino y cadavérico como el de David Bowie y me dijo:

-¡Hola amiguito!-sonrió- Disculpa pero yo no habla bien la castellana.-

Reconozco que me cagué de miedo, ¡Tenía en frente al asesino de Germán! Y reaccioné como estúpido.

-¡No tengo pepas! ¡Aléjate, soy ateo!-Grité asustado.

- No temas de mí amiguito, yo quiero una empanadita, yo quiero ir a la playa… Mis amigos lo mataron yo solo tomo apuntas de lo que hablan ustedes en castellana sobre esto.

-¿Y germán donde está?

-¿Querer pepas?

Creo que estaba en contra de las pepas también, me cagué de miedo por segunda vez.

-Quiero una sandía con pepas solamente.

-Pero Germán ya no te pueda ayudar, Germán está en la muerto.

-Ya lo sé. Pero solo quería una sandía con pepas.

- ¿Te puedo ayudar con melón con vinos?

-¿Lo preparaste tu? ¿O tus amigos?-Podía estar envenenado, pensé.

- Loo preparó Nuestro Señor Jesucristo. Solo él puede hacer nelones con vino.

- ¡¡Pero jesús no preparó nada, y recién me dijeron que no había melones, y los melones salen de una planta culiá, y si les hechas vino ya tienes melón con vino!!No es necesario pedir ayuda a jesús-Hacía rato que no me hallaba en ese estado de molestia, no estaba tan exasperado desde que atropellaron a mi perro Ánakin.

-¿Eso creeer tú amiguito? io tengo acá algo de tu interesar.

-¿Pepas? ¿Tienes pepas?-pregunté intrigado. No me importaba la muerte. A esas alturas prefería saber el porqué él tenía pepas, sobre el hecho de estar vivo.

-No, io Tener a germán. Do like know Germán?

-¡Conchetumare!-corrí por el mercado con todas mis fuerzas a pesar de que la caca se me pegaba en los pantalones, mientras el mormón corría con germán a cuestas.

El caballero que atendía el local “Melones sin Vino” salió corriendo atrás de nosotros tres, quizás con qué macabras intenciones.

-¡Yo ví como lo mataron! ¡Lo vi todo! ¡Tengo la primicia! ¡Espérenme soy parte de la noticia!

-¡No me siga, váyase! ¡Está loco, el mormón está loco!

-¡Sandías si pepas Sandías! Amiguita habla mal catellana, pero io quererte. I like my new best friend German!!!

El mormón corría arrastrando a Germán, el ex encargado de las pepas como si se tratase de un peluche livianito que colgaba de su mano derecha. Todos los locatarios del mercado miraban estupefactos, y de entre ellos había uno con megáfono que al mirarme dijo: ¡Sandías sin pepas pruebe caserita, Sandí…¡¡Corra hijo!! ¡Corra! ¡Las pepas no valen tanto como para arriesgar la vida! Sandías sin pepas, casera!!!

Saliendo del mercado crucé la avenida entre los autos que pasaban a toda velocidad, esperando que alguno le diera de lleno un atropello a los dos imbéciles vivos que venían tras de mí, pero el vendedor y el mormón con germán a cuestas eran extrañamente hábiles y me siguieron hasta que entré al metro. Una vez dentro, y en un extraño giro del destino el mormón cayó abatido por los disparos de un grupo de evangélicos que portaban unos M16 mientras cantaban al lado de la boletería canciones alusivas a Jesús. El mormón quedó hecho mierda en el piso, la sangre corrió por el piso hasta armar un charco enorme, gracias a los evangélicos ya no tendría problemas con el David Bowie mormónico. Pero el vendedor del mercado seguía corriendo tras de mí, y yo no entendía qué demonios era lo que quería, así que para evadirlo y ante la ausencia de mi tarjeta BIP, me lancé al metro desde arriba.

En el techo de un vagón es difícil balancearse y el viento da bastante frío, pero logré llegar a casa sano y salvo. Me tendí sobre la cama, encendí la radio, sonaba Wagner, coreé a la marcha de las Walkirias con la letra inventada que de niño cantaba con mi abuelo, estaba cómodo, abrigado y sobre todo cansado. Desperté de nuevo. Me bañé y salí a trotar, mientras trotaba mi mente se despejó de toxicidades y pude ver claramente de qué se trataba toda esta mierda, todo me resultaba obvio, puro, claro y sin ninguna, pero absolutamente ninguna pepa.